Puig Campana – Espolón «Elegant»

Comienzo hoy con la primera entrada de la serie: “LAS CLÁSICAS MÁS CLÁSICAS», anunciada hace unos días.

Espero ir añadiendo más “sugerencias” con regularidad. Al final del texto podéis escribir vuestros comentarios por si puedo resolver alguna duda sobre los temas tratados.

Es difícil no comenzar una serie de entradas dedicadas a la escalada clásica en la Comunidad Valenciana, sin referirse al Puig Campana. No a la cumbre principal a la que se asciende andando, (1.410 m.) sino a la secundaria, el Pic Prim, cuya cara sur se alza imponente sobre la Font del Molí en Finestrat, donde (yo solo recuerdo otros lugares así en alta montaña, por ejemplo la cara norte del Vignemale), la mirada se siente constantemente atraída por la mole rocosa que tiene enfrente, una de esas “montañas ideales” abrupta y puntiaguda, cuya escalada siempre se desea.

UN POQUITO DE HISTORIA

En esta ocasión, no hablaré de la que seguramente sea la vía más conocida y recorrida de esta cara, el “Espolón Central”, sino de un “pariente cercano” menos conocido, menos escalado, más difícil y nada equipado, ni siquiera las reuniones. Se trata del “ESPOLÓN ELEGANT”, situado a la derecha del central si miramos de frente la cara sur.

La ruta fue abierta en octubre de 1978 por escaladores de Gandía: Pep Camarena, K. Martínez y L. Méndez.

En concreto, Pep Camarena contaba ya entonces con un relevante historial como escalador y aperturista de vías largas y difíciles. Ese mismo año abrió, también con Kanko Martínez en la pared sureste del Peñón de Ifach, “Herbes Mágiques”, de 350 metros, vía graduada entonces como MD-A2, hoy parcialmente equipada con parabolts es 6b/A2, y está considerada una de las vías “estrella” de esa vertiente del Peñón.

Desgraciadamente, el 14 de abril de 1979, una gran avalancha de nieve y rocas se llevó a Pep y a cinco de sus compañeros de entre 20 y 26 años, mientras dormían, sepultando su campamento en la Sierra de Gredos.

Nunca sabremos, aunque cabe suponerlo, cómo habría cristalizado el prometedor futuro de Pep como alpinista y escalador. Queda el legado de sus vías y de otras abiertas en su recuerdo por escaladores de generaciones posteriores que no le conocieron.

LA VÍA - ESPOLÓN ELEGANT 350 m. 6b+/ 5c, A1, A0

Volviendo al espolón, su mayor dificultad técnica y la que da grado a la vía, se encuentra el segundo largo, completamente distinto al contexto general del resto del recorrido.

Comienza con una ancha fisura seguida de un diedro fisurado ligeramente desplomado. Cuando esta se ciega, una corta travesía a la derecha por placa de gotas de agua nos conduce a otra fisura que asciende hasta un pino. De ahí, llegamos hasta la estrecha repisa de la reunión con (creo recordar) dos espits. Única reunión con algo de equipamiento.

Si se hace todo en libre sería 6b+. El material que podemos encontrar en este largo se limita a algunos clavos que conocieron tiempos mejores, algún espit “roñoso” y una serie de cintas o cordinos más o menos raídos según el tiempo que haga que no han sido cambiados. Todo ello no obstante, permite “acerar” o poner algún pedal en los pasos más duros. La idea de una caída con semejante equipamiento más los anclajes flotantes que podamos añadir, no es muy atractiva.

El “tapón” que supone este segundo largo hace que muchas cordadas desistan de intentar la vía, o pierdan en él demasiado tiempo para llevar un horario adecuado en una ruta de estas características y longitud.

A partir de aquí, tres largos con predominio del 5c, donde encontraremos algún que otro clavo pero habrá que “navegar” evitando “embarcarse” más de la cuenta.

Como suele pasar en este tipo de vías en las que, salvo ciertos pasos obligados, puede subirse por muchos sitios sin desviarse demasiado del trazado original, las reseñas no se ponen de acuerdo con frecuencia y los grados de dificultad cambian de una descripción a otra. Ni siquiera hay consenso en la cantidad de largos, ya que al no haber reuniones montadas y no ser siempre evidente donde habría que montarlas, (pinos y puentes de roca lo facilitan bastante), el número de estos oscila según fuentes, entre 7 y 9.

En este tramo, lo esencial es no desviarse a la izquierda, hacia los parabolts y reuniones de la “rompededos”, (vía equipada de más grado que transcurre próxima), así como alcanzar la repisa herbosa que nos conducirá hacia el espolón propiamente dicho.

Es en los últimos largos donde comprobamos lo “elegant” del espolón, ya que aunque la dificultad disminuye progresivamente, pronto nos encaramamos en una arista afilada y aérea con importante “patio” y muy estética que acaba desembocando en una zona próxima al final del espolón central.

Desde aquí, no es difícil encontrar las desvaídas marcas rojas que nos guían al comienzo de la vira equipada que conduce a la pedrera. Importante alcanzar esta con luz diurna, de lo contrario añadiremos un “bonito” vivac a nuestra escalada.

El horario, siempre aproximado, para una cordada media estaría entre 5 y 6 horas. Añadir al menos una hora de aproximación y hora y media de bajada.

Y como siempre me despido de vosotros por hoy, esperando que hayáis disfrutado de este post que, por supuesto, podéis compartir!

Redactado por Manolo Navas Martí, uno de nuestros formadores y Miembro del Comité Técnico de AVEM, TD2 en Escalada y TD2 en Alta Montaña.