Diedro Edwards-Martínez

Continuamos con la segunda entrada de la serie sobre escalada clásica en la C.V, esta vez hablaré del “Diedro Edwards-Martinez .

Existen algunas “joyitas” en los acantilados de Toix. No son vías largas, pero discurren sobre el mar en un ambiente excepcional que las hace ”imprescindibles”.
Hay más similares, sin duda, pero se me ocurren por ejemplo, “Eldorado” en el Racó del Corb”, “Magical mistery tour” y la espectacular “Parle” con su rapel supervolado de 60m, para bajar a pie de vía y su recorrido semi-subterráneo con salida por el agujero del acantilado.

La vía de la que quiero hablar hoy, podría perfectamente formar parte de esta lista de escaladas cortas y pintorescas sobre el mar. No está en Toix, sino en la cercana Serra Gelada, (Benidorm) y además, es una vía de autoprotección, con lo que encaja perfectamente en esta serie sobre escalada clásica.
Se trata del diedro Edwards- Martínez, de apertura relativamente reciente (septiembre 2013), en el sector “Ciudadela” de los acantilados del Parque natural de la Serra Gelada.

Para cualquiera que suela frecuentar las paredes de este paraíso de la roca que es Alicante, el apellido Edwards tiene que resultar familiar. Se trata de dos guías ingleses, padre e hijo (Rowland y Mark) que llevan bastantes años escalando y abriendo vías en la zona, en gran medida de autoprotección, de dificultad y compromiso considerables y grado “durillo”.

A Rowland se atribuye un curioso invento que aún podemos encontrar en algunas de sus vías, aunque en gran parte han sido sustituidos ya por parabolts. Los ENP (environmental nut protection), que pretendían asegurar reuniones y pasos no protegibles evitando las expansiones, aunque no las perforaciones. Un orificio que alberga un tubo de acero con un muelle. Introduciendo y girando un fisurero de cable, este queda encajado y puede recuperarse fácilmente con un movimiento inverso. Todavía podemos encontrar algunos, recuerdo haberlos visto en reuniones de la “Magical Mistery tour” que, por cierto, Rowland abrió en solitario en 1986, siendo equipada posteriormente.

Ambos llevan muchos años también, trayendo de su país clientes que buscan roca calentita y sol en invierno, y contribuyendo a nutrir la comunidad de escaladores, “guiris” de la zona, turistas ocasionales, o más o menos residentes, que tienen en común esa forma tan británica de mirarse el ombligo, que les lleva a rebautizar zonas de escalada ignorando los topónimos locales (p.ej. “echo valley”). O publicar guías en inglés, que también se venden en España, desperdiciando el negocio que significaría una edición bilingüe. (Costa Blanca, Rockfax). Bueno… sí, ¡en la última edición han traducido el prologo!.

Volviendo a nuestra vía, tenemos cuatro largos en arenisca, no es habitual escalar en esta roca por aquí, (110m.) de los que solo vale la pena realmente el tercero, ya que los dos primeros son de puro trámite y el último una especie de pegote añadido para alargar artificialmente la vía mediante una travesía a la derecha y un corto descuelgue o rapel cuando ya estamos fuera de la pared. Eso sí, bonito el contraluz de las fotos desde la cueva.

Pero ese tercer largo lo justifica todo. Tras la altura ganada en los dos primeros, encontramos ese gran diedro de roca roja sobre el mar en un ambiente excepcional donde cuesta creer que nos encontramos a poca distancia de la meca hortera-vacacional que es Benidorm.

Unos treinta y cinco metros de autoprotección, (reuniones equipadas), con solo un par de cordinos raídos en puentes de roca demasiado estrechos como para reforzarlos con alguna cinta.

Graduado de V+, pero en mi opinión con algunos pasos de 6a.

Es fácil de proteger con friends en la fisura central, pero los tamaños grandes y muy grandes repetidos son necesarios si queremos evitar los alejes que supone el ir racionándolos y “adaptar mejor el coco” a la ausencia de seguros fijos.

La vía se encuentra en un espacio natural protegido es necesario comunicar con antelación nuestra presencia a las oficinas del parque serragelada@gva.es pudiendo estar solamente cuatro personas de forma simultánea en cada sector.

El acceso, como siempre en estos casos, conlleva un descenso previo hasta el pie del acantilado, esta vez solo hay un pequeño rapel y el resto se hace andando.

En resumen una vía espectacular en un lugar increíble.

Espero que os haya gustado el post, ahora solo os queda disfrutarla!

Redactado por Manolo Navas Martí, uno de nuestros formadores y Miembro del Comité Técnico de AVEM, TD2 en Escalada y TD2 en Alta Montaña.