Bien, lo primero asumir que es así, dejar de añorar tiempos pasados y aceptar que el paradigma de la montaña ha sufrido un cambio drástico y que jamás será igual o parecido a lo que pudimos vivir o experimentar hace décadas.
Entender al nuevo usuario, sus motivaciones y su contexto, tratar de generar lugares físicos y digitales acordes al usuario actual, y que a través de sus canales entienda y conozca la montaña de una manera dinámica, moderna pero a la vez responsable. Sobre todo ofrecer información y siempre tratando de encontrar un equilibro constante entre los nuevos ritmos y el ritmo natural de la montaña.
En definitiva, educar desde el respeto a los nuevos usuarios, respetando sus puntos de vista y adentrarse en ellos de una manera natural y sosegada.