Rescates en montaña – Causas y efectos

DATOS

LA GUARDIA CIVIL DE MONTAÑA RESCATA A 712 PERSONAS EN ARAGÓN EN 2018, UN 17,5% MÁS QUE EL AÑO ANTERIOR, PASANDO DE 20 FALLECIDOS EN 2017 A 30 EN 2018 CON UN AUMENTO DEL 50%. SE RESCATARON 373 PERSONAS ILESAS (SE ACTIVÓ UN RESCATE SIN ACCIDENTE DE POR MEDIO)

¿PREOCUPANTE VERDAD?

ALGUNAS RAZONES

Vamos a intentar esgrimir unas cuantas posibles razones:

Falta de información

En charlas, cursos y también en nuestras actividades de montaña nos llegan preguntas que dejan claro una falta de información que en ocasiones es total. Desde no saber a quién llamar si tenemos un accidente, o cómo funciona la cobertura de los teléfonos, como se colocan unos crampones, como usar un bastón, como leer un mapa, o simplemente como armar la mochila. Nos llega desde los usuarios también la constatación a través de sus comentarios del desconocimiento total de la legislación vigente en cuanto a responsabilidades civiles, titulaciones, rescates, etc.

Falta de criterio

Falta de criterio por parte de los usuarios de la montaña para saber si hacen lo correcto. Muy a menudo nos encontramos con usuarios de la montaña que hacen preguntas acerca de técnicas/material y su uso, y esto nos hace darnos cuenta que no tiene formación previa (ni siquiera una formación básica) o que simplemente no han leído el libro de instrucciones del producto adquirido.

La montaña se ha banalizado

No vamos a culpar a nadie, ni marcas deportivas, ni programas de televisión. Al final el culpable de la accidentalidad en montaña y la pormenorización de sus peligros es el usuario que individualmente no actúa de la manera adecuada. Pero si es verdad que desde hace unos años hemos sido testigos de cómo una mezcla de vídeos, reportajes y material audiovisual con orígenes variados ha inundado nuestros teléfonos móviles y nuestras televisiones de un espíritu aventurero sin normas ni límites. Desde expertos saltadores de salto base, expertos en supervivencia haciendo de las suyas en la montaña con lo puesto, deportistas de élite y expertos montañeros batiendo récords de ascensión, esquiadores bajando por laderas imposibles, escaladores de alto nivel escalando sin cuerdas, anuncios de coches sobre nieve llegando hasta lo más alto de una montaña, etc. En definitiva, el mundo de la imagen y el show llegó a la montaña y con fuerza. Todo esto genera en el espectador una mezcla de espíritu aventurero y de superación personal, que en cierta dosis es indispensable para avanzar en los deportes de montaña, pero que con una dosis más elevada y sin actores que tutoricen y monitoricen este torrente de motivación desmedida obtenemos un caldo de cultivo perfecto para la masificación, el ninguneo de los estándares mínimos de seguridad y de una progresión mínimamente adecuada.

Falta de estructuras, e instituciones/entidades que gestionen el mundo de la montaña

En la década de los 80/90 nacen la mayoría de federaciones deportivas y entre ellas las que gestionarían los deportes de montaña. Instituciones que con una estructura y funcionamiento clásico comenzaron a crear contenidos, protocolos y estructuras de formación y gestión de los deportistas. Pero de eso ya han pasado más de 30 años y en la última década la revolución tecnológica (redes sociales, Internet, páginas web y blogs, youtube, whatsapp, wikilok) han hecho que el actual usuario nada quiera saber de clubes deportivos, federaciones, normas, estructuras y/o limitaciones y progresiones adecuadas. Casi la mitad de los nuevos usuarios no sabe que es una federación o un club deportivo y parte de la otra mitad se une a la federación por tener un seguro deportivo. Esto es una realidad que nadie pone en duda. Hoy en día tenemos a un usuario de la montaña que piensa que es invencible y capaz de todo y no lo cree de una manera innata, lo cree porque todos los estímulos y canales de comunicación que le rodean se lo repiten una y otra vez. Tenemos a un usuario que adquiere a buen precio el material de montaña más específico que podamos imaginar desde el sofá de su casa, un usuario que puede conocer todo tipo de técnicas y maniobras de la mano de profesionales (o no tan profesionales) viendo videos y tutoriales en la red, un usuario que puede descargar el track GPS en su móvil para llagar a cualquier rincón del planeta y por último un usuario que tiene una plataforma de sociabilización gratuita y casi perfecta (WhatsApp) que le permite con un solo clic entrar en un grupo o formarlo para poder compartir quedadas, dudas o inquietudes con usuarios de su mismo perfil. (Queramos o no estos son los clubes del siglo 21).

¿Y QUÉ PODEMOS HACER?

Bien, lo primero asumir que es así, dejar de añorar tiempos pasados y aceptar que el paradigma de la montaña ha sufrido un cambio drástico y que jamás será igual o parecido a lo que pudimos vivir o experimentar hace décadas.

Entender al nuevo usuario, sus motivaciones y su contexto, tratar de generar lugares físicos y digitales acordes al usuario actual, y que a través de sus canales entienda y conozca la montaña de una manera dinámica, moderna pero a la vez responsable. Sobre todo ofrecer información y siempre tratando de encontrar un equilibro constante entre los nuevos ritmos y el ritmo natural de la montaña.

En definitiva, educar desde el respeto a los nuevos usuarios, respetando sus puntos de vista y adentrarse en ellos de una manera natural y sosegada.

El futuro de los deportes de montaña está en manos de clubes deportivos, gestores de grupos de montaña, marcas y comercios, federaciones y asociaciones pero sobre todo entender que todos y cada uno de los actores implicados tenemos nuestra parcela de responsabilidad y por lo tanto también tenemos parte de la solución en nuestras manos y dependerá del esfuerzo de todos los implicados el freno o no de la siniestrabilidad en montaña.

IDEAS NO A GUSTO DE TODOS

Por último apuntar que si es verdad que sería de gran utilidad dotar de instrumentos administrativos y legales a los funcionarios implicados en los rescates de montaña (guardia civil, bomberos, etc.) para poder sancionar con un régimen sancionador muy similar al de la DGT. 

Generar conciencia en los usuarios de la importancia de llevar el material adecuado para la actividad practicada, y también poder sancionar a aquellos que usan los servicios de rescate por no tener material de iluminación y entrar en la noche, o no poder afrontar la actividad por sus propios medios y terminar llamando al 112 sin un accidente de por medio. 

 

Dejar claro que no hablamos de cobrar el rescate pues esto solo hace que generar un posible retraso a una llamada al 112 y complicar la situación, hablamos de sanciones con importes moderados para generar conciencia entre los usuarios, de igual manera que a base de sanciones se ha conseguido hacer casi total el uso de cinturón en el coche, casco en la moto, o de las sillas de bebés, conseguiríamos una mayor conciencia en la seguridad y planificación/material adecuado en los deportes de montaña.

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Redactado por Guillem Tordera.